El teatro histórico y las notas de humor en la dramaturgia de Adela Basch

Por Hugo del Barrio

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Es sabido que el humor forma parte de la obra literaria de Adela Basch. Es su herramienta de vida en la escritura narrativa, poética y dramática. Como se ha podido leer o escuchar en entrevistas a la autora, su ingreso a la literatura infantil estuvo relacionado con que no se tomaba en “serio” a este espacio literario, lo cual le permitía “moverse libremente” en su creación dramática. Con los años, se comprobó que la literatura infantil y juvenil había recuperado su rasgo de seriedad para escritores, investigadores y sobre todo editores que vieron en esta, un campo de comercialización riquísimo. No se trataba de falta de seriedad  por su contenido, sino por un grado de desvalorización  sobre dicha literatura por considerársela menor.

“Lo serio responde a lo que es real, verdadero y sincero, sin engaño o burla, doblez o disimulo” (DRAE); por lo tanto el humor no está separado de lo serio. Así lo demuestran las obras de carácter histórico que la dramaturga ha escrito a lo largo de treinta  años. Para continuar con su análisis es necesario recordar el camino abierto por el investigador Oscar Montenegro quien nos presenta en su libro sobre la dramaturgia de Adela Basch[1] las dos primeras obra de este carácter: Colón agarra viaje a toda costa (1992)[2] y José de San Martín, caballero del principio al fin (2001)[3]. Montenegro ubica a Adela Basch en el grupo de los continuadores del camino abierto por María Elena Walsh y su nueva visión sobre el canon del teatro histórico infantil en Argentina.

Numerosas obras de teatro histórico  ha sumado Basch a su rico catálogo. Distintos abordajes para contar la Revolución de Mayo y nuevas miradas sobre nuestros próceres. En estas páginas se analizarán algunos puntos relevantes sobre tres obras de teatro: Belgrano hace bandera, y le sale de primera (2005)[4]; Juana, la intrépida capitana (2016)[5] y Rosario Vera Peñaloza, un homenaje a la escuela y a su coraje (2017)[6].

Desde sus estructuras, la autora rompe con los acuerdos de los manuales de arte de escritura teatral y establece un singular número de actos, entre cuatro y seis más un epilogo, retomando formas clásicas. Lo que le permite redistribuir la historia con mayor libertad. A diferencia de sus obras no históricas, en  estas se observan interesantes delimitaciones. Pudiéndolas clasificar en tres aspectos,  el valor del acontecimiento mencionado y del héroe – prócer de la historia, en primer lugar; el humor puesto en situaciones y en personajes secundarios, en segundo orden  y por último,  el posicionamiento político actual.

En lo que respecta a los héroes y heroínas, es fuerte el respeto por la figura humana más allá del prócer. Lejos de ubicarlos en el bronce, como se podría notar en obras del miso tenor producidas por otros escritores. Basch logra caracterizar a personas con deseos, dolores, enojos, enamoramientos, pudiendo llevar adelante una proeza que beneficie a los demás. Tanto Azurduy, Vera Peñaloza como Belgrano son valientes. Llenos de coraje para cumplir con sus sueños. Belgrano será el hombre que mas allá de sus miedos y sus inseguridades, se anima a enfrentarlos. Es consciente de  su salud endeble y de su falta de conocimiento sobre la estrategia militar. No se ha formado para eso; pero es el lugar que la patria le brinda para buscar la independencia que tanto anhela. La autora presenta a Azurduy como un personaje parecido al primero, de hecho en ambas obras, los protagonistas se encuentran y demuestran admiración mutua. Seres parecidos; aunque diferentes ante la mirada de la realidad. Los une el coraje. Mientras que Manuel Belgrano es motivado por el optimismo, Juana Azurduy es guiada por el enojo. Característica que no sería favorable en el enaltecimiento de un prócer. En Vera Peñaloza descubrimos la necesidad de la razón, para ella nada es porque si. No admite diferencias entre el hombre y la mujer al momento de tomar decisiones. Basch crea personajes rebeldes, que no temen desobedecer a sus superiores si estas órdenes  se alejan del objetivo que persiguen o de lo justo.  Esto hace que los personajes, como en la vida, decidan su camino.  Los acontecimientos mencionados son los necesarios para enmarcar a los protagonistas.  Se vislumbra que la intención de la autora es abrir una puerta a la historia a través de la obra. Y no dejar cerrada una visión personal del lector sobre los héroes, aunque ella la tenga; sino colaborar con la lectura y la mirada crítica.

Es interesante ver como las obras propuestas muestran otras  elecciones de la autora para contar sus historias. En Belgrano… sigue una línea similar con la obra de San Martín. Resaltar al hombre y al héroe social, que la historia nos ha presentado desde siempre. Dando pinceladas de humor que permiten denunciar las incongruencias históricas y los arrebatos de los políticos y funcionarios actuales. Utiliza a los padres de la patria como ejemplos a seguir por los ciudadanos.  En Rosarito… y Juana… se produce una ruptura. Basch profundiza la transmisión de acontecimientos históricos sobre los humorísticos y su compromiso político es mayor. Hay un claro posicionamiento en resaltar las figuras de estas mujeres. Rosarito es una defensora no solo de la educación, sino de los derechos de todos y de la revalorización de la mujer en la sociedad. La maestra de la patria denuncia en la obra la violencia, la corrupción, la discriminación y el autoritarismo que serán en su vida, objetos de lucha.

Recuperando el tema del humor en las obras analizadas, se observa que en Belgrano…, las notas de humos están puestas en uno de los personajes secundarios: Tambor 1 tartamudea cuando se encuentra en el tiempo presente de la historia, cabe aclarar que en las tres obras se intercala el tiempo presente con el histórico,  causando un juego constante de adivinanzas entre lo que los otros suponen que va a decir y sus tiempos para hablar. Estas acciones se pueden observar al inicio de cada acto. Pero dicho modo de hablar no lo tiene cuando lo vemos como un soldado del ejército de Belgrano.

El candidato es otro de los personajes que llevan a la hilaridad. Al comienzo de la obra hace un discurso proselitista con promesas para los posibles votantes y para sí dice lo contrario en complicidad con el lector/espectador.

“Candidato.- Si me votan, les prometo una vida de primera… (Para sí). ¡…para mí, que me voy a llenar la billetera! (Basch, 2005:7)

Otro juego temporal que se produce además del mencionado es la aparición de personajes fantasmas que trasladan al candidato a otra época para que conozca a un hombre decente, Belgrano.

La torpeza del candidato que no comprende el contenido de las palabras refleja otro toque de humor. Confunde la idea de “materias primas” con sus “primas carnales”. O descontextualiza conceptos:

Tambor1. – ¡Se va la segunda! (refiriéndose a la segunda invasión inglesa)

Candidato. – ¿Vamos a bailar una chacarera?

Tambor 2. – ¡Qué chacarera ni qué vidala!

¡Son los ingleses que vuelven con sus balas! (Basch, 2005:33)

Basch emplea palabras extranjeras de uso cotidiano en la actualidad y las pone en boca del general Whitelocke, quien comandó la Segunda Invasión Inglesa. Y al hacerlo no solo da una cuota cómica, sino que nos enfrenta ante la realidad de una invasión cultural e idiomática que no se pudo detener con aceite caliente, como ocurrió en el hecho histórico.

Whitelocke. -¡Free shop! ¡Salad bar! ¡Wash and wear! ¡Outlet! ¡Shopping! ¡Showroom!¡Delibery! ¡Marketing!¡Drugstore!¡Fast food!¡Okey!¡Happening!¡Rock and roll!¡Blue jean!¡Snak bar!¡Personal trainer!¡Software!¡Happy hour!¡CD!¡Boy scout!¡Playground!¡Halloween!¡Windsurf!¡Far west!¡Good bye!¡Esta vez la victoria es nuestra! (Basch, 2005:33-34)

La descontextualización como recurso que se pone en juego para profundizar en el humor se descubre en personajes u objetos atemporales con lo histórico.

Manuel. – Si esto es un ejército, yo soy Domingo Faustino Sarmiento.  Pero soy Manuel Belgrano, y esto es lo que tengo a mano.

Soldado criollo 1.- ¡Esto es un horno! No hay un ventilador ni para adorno.

Soldado criollo 2. – Todavía no se inventó la heladera, ni los camiones. Va a ser difícil recorrer la selva en estas condiciones.

Soldado criollo 1. – ¿Nadie tiene espirales? ¡Estos mosquitos son descomunales! (Basch, 2005:51-52)

El juego homofónico es característico en sus textos teatrales. En este caso los emplea tanto en la obra sobre Belgrano como para Azurduy explorando las posibilidades fónicas, semánticas, morfosintácticas que encierran los signos lingüísticos:

Manuel. – Acá queda fundada una escuela. Y acá otra. Un pueblo sin educación va derecho a la derrota.

Soldado criollo 1. – Sí. A la “d” rota y a todas las letras rotas. Desde la “a” hasta la zeta. (Basch, 2005:52)

Tambor 1. – Cuando Manuel llega a Jujuy dice:

Manuel. – Uy, uy, uy. (Basch, 2005:66)

Laprida. – Hoy, 9 de julio de 1816, el Congreso declara…

Candidato. – ¿Quién es Clara? ¿Eh? ¿Quién es Clara? (Basch, 2005:81)

Actor. – Juana nació en el Alto Perú, donde mucha gente no podía decir ni mu. Esa región   era parte del Virreinato del Río de la Plata, cuando Chuquisaca…

Soldadito. – ¿Chuqui saca? ¿Quién es Chuqui? ¿Y qué saca? (Basch, 2017:19)

Actor, – Juana descendía…

Soldadito. – (Toma de su mochila una escalera desarmable, la arma rápidamente y se la ofrece al actor). ¡Aquí tienen! Pueden usar esto. Con todo gusto se las presto.

Actor. – ¿Se puede saber para qué queremos unas escalera, cabecita de ciruela?

Soldadito. – Y…estaban diciendo que Juana descendía… (Basch, 2017:20)

Funcionario 3. – (Ante una estatua cubierta por una tela). A partir de hoy nuestra ciudad severa… (Una mujer con un cuaderno en la mano tose estruendosamente y el funcionario se sobresalta) Nuestra ciudad severa… ¡Se verá enaltecida por este momento! (La mujer tose). Eh, por este momento… ¡Por este monumento que tierniza el mármol…! (La mujer avanza hacia él y le sostiene el cuaderno abierto delante de sus ojos) que tierniza el mármol (la mujer le da un fuerte codazo) ¡Que eterniza en el mármol a una gran mujer que con su incansable voluntad contribuyó a forjar los desatinos…! (La mujer tose, le deposita el cuaderno entre las manos y se va). Los desatinos de la patria… ¡Los destinos de la patria! (Basch, 2017:100 – 101)

En Rosario Vera Peñaloza… el texto comienza con un contrapunto sobre el tema género.  El personaje/maestro enaltece la imagen de los docentes mientas que la maestra los humaniza. En toda la obra su producen dos situaciones paralelas, por un lado se presentan aspectos de la vida de Rosarito y por otro se describe la realidad de muchas las escuelas públicas actuales. Una escuela cuyo edificio se derrumba. Los maestros sostienen las paredes, tapan los agujeros de los caños con sus cuerpos, al mismo tiempo dan clases y son acosados por los supervisores. En la escena dos del acto tres,  la maestra que está dando clases, frena con la mano un chorro de agua que sale por un caño roto. El inspector ingresa al aula y la acusa de jugar al carnaval. Le ordena que retire la mano de la pared y  el chorro de agua sale con tal fuerza que lo baña.

Escena seguida Rosario Vera Peñaloza es convocada por el señor de gris, un funcionario del ministerio de educación, para ofrecerle cargo docente. Este le lee el acuerdo  que debe firmar si desea tomar el puesto. Se trata de una serie de normas que las maestras de fines del siglo XIX y principios del XX debían respetar para poder  ejercer. No casarse, no estar a solas con un hombre, no ir a heladerías, no salir de la ciudad sin permiso de la autoridad, limpiar el aula, no usar vestidos que queden por encima de los cinco centímetros de los tobillos, no maquillarse, entre otras prohibiciones. La reacción de Rosarito es irónica y cuestionadora.

En varias escenas  la incomprensión del gobierno es representada por el inspector a quien solo le preocupa que se cumpla con el programa y se limiten las libertades dentro del aula. El inspector presencia una clase de lectura en donde la maestra  promueve a que sus alumnos elijan libros de acuerdo con sus gustos. Este acontecimiento es censurado por la autoridad y se da un intercambio entre estudiantes, docente y el susodicho. Un alumno solicita leer teatro y es denostado por el funcionario por considerarlo un entretenimiento superfluo y barato. Aquí Basch parodia a los censores del Quijote o los decretos de censura durante la última dictadura militar argentina (1976 – 83) con sus fundamentos descabellados. La autora presenta varias situaciones escolares negativas que hoy persisten en los ámbitos educativos. Rosarito enfrenta al señor de gris en un ring de boxeo. Se establece una lucha simulada, con sin contacto físico mientras se da la discusión sobre la necesidad de crear jardines de infantes. Cosa que el señor de gris ve inútil, afirmando que las maestras jardineras se dedican a las plantas. Rosario abre la discusión sobre la necesidad de innovar y enseñar a pensar, el señor de gris sostiene que  la escuela debe enseñar a los alumnos a repetir lo que piensan los que tienen autoridad. Finalmente Rosarito es cesanteada.


[1] MONTENEGRO, Oscar (2004) La dramaturgia de Adela Basch. Ruptura e innovación en el teatro infantil argentino. Salta: Universidad Nacional de Salta.

[2] BASCH, Adela (1992) Colón agarra viaje a toda costa. Buenos Aires: Libros del Quirquincho.

[3] —–. (2001) José de San Martín, caballero del principio al fin. Buenos Aires: Alfaguara.

[4] —–. (2005) Belgrano hace bandera, y le sale de primera. Buenos Aires: Loqueleo.

[5] —–. (2016) Juana, la intrépida capitana. Buenos Aires: Loqueleo.

[6] —–. (2017) Rosario Vera Peñaloza, un homenaje a la escuela y su coraje. Buenos Aires: abran cancha.


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