Perla Szuchmacher ¿una escritora perturbadora?


Por Hugo del Barrio

Hace ya algunos años que la literatura interpela sobre temas considerados tabúes por algunos investigadores o perturbadores, como hoy prefiere llamarse. Con la promulgación de la Ley de Educación Sexual Integral (1) en nuestro país, muchos de estos temas comenzaron a visualizarse sobre todo en las escuelas de gestión estatal y muchas de gestión privada con libre pensamiento. Temas tan importantes y controversiales para todos salieron del letargo porque una parte de la sociedad los había mantenido censurados. La literatura no ha sido ajena ni al ocultamiento, ni a libertad de expresión. La narrativa, sobre todo, se hizo cargo de hablar sobre la pobreza, la violencia, la muerte, la situación de calle o sobre diferentes orientaciones sexuales. Libros Infantiles y juveniles que muestran dichas temáticas se escriben desde la década del ´70 en adelante y en los últimos veinte años florecen en nuestras librerías y en muchas aulas. Por el auge de los temas anteriormente mencionados, muchas editoriales vieron un nicho privilegiado para desarrollar y desde 2018, aproximadamente, es puesto a la venta un interesante material bibliográfico, en las Ferias del Libro. Hoy son múltiples los escritores y escritoras que se animan a hablar en sus relatos sobre contenidos que interpelan al lector y tratan bellamente historias, que la realidad las presenta con dureza y desanimo. La narrativa ha logrado dar esos saltos, enormes, jugados. En cambio la literatura teatral, en parte por la falta de lectores asiduos y la escasa promoción de espectáculos infantiles y juveniles hicieron que su paso sea más breve y aislado. Las grandes producciones prefieren tratar aspectos edulcorados y de poco compromiso para lograr mayores ingresos económicos y críticas templadas. A pesar de la poca divulgación, los autores teatrales se animaron y se animan a escribir. Y compañías llevan a escena obras que nos hablan sobre el derecho a la libertad, como es el caso de las
versiones de Vivitos y coleando de Hugo Midón (2), o el poder y la corrupción en El gato con botas y en Huesito Caracú, del mismo autor; o en Los hijos del juglar de Silvia Katz (3). Temas como la aceptación a las diferencias, la integración y la discriminación, desarrollados en la rica y espléndida obra de la escritora María Inés Falconi, de la cual mencionaremos El nuevo y Sobre ruedas. Detenernos, en este caso, en una obra de la genial Perla Szuchmacher, nos permitirá ingresar al mundo maravilloso de su trabajo teatral. Claro está que estas líneas sólo prenden una pequeña lucecita para tratar su obra conocida y premiada mundialmente. Perla Szuchmacher nació en Argentina y desarrolló gran parte de su producción en México hasta que falleció en 2010.
Es considerada una pionera del teatro infantil y juvenil. Dio sus primeros pasos bajo la dirección de Ariel Bufano (4) y participó en un importante programa infantil de televisión, Este es mi mundo, hasta 1976, año es que la Junta Militar que gobernaba en la Dictadura, la despidió. Posteriormente debió exiliarse a México, con su familia. Sus textos, abordan temas impensados hasta el momento. Se desprende de la concepción de textos para niños, textos inocentes. Enriquece ese teatro al que llamaría “El patito feo de las artes”. Sus textos rebeldes enfrentarán a los que se muestran políticamente correctos, basados en adaptaciones de cuentos clásicos o de un alto grado de ingenuidad, alejados de las concepciones infantiles, creyéndolos no aptos para pensar o sentir, infantilizándolos al extremo y muchas veces, textos escritos sin pensar en niños y jóvenes como público. La autora tendrá la valentía de contar bellas obras, cuya temática aborde aspectos como la adopción, como es el caso de su famosa obra Malas palabras. Cuestionará al machismo en ¡Vieja el último!, nos presentará El rey que no oía, poniendo énfasis en la diferencia entre oír y escuchar, aspecto tan complejo en la sociedad actual. Desarrolló obras teatrales que se refieren al acoso escolar o al pasaje de la niñez a la adolescencia. En sus adaptaciones cabe resaltar Príncipe y Príncipe, es el último texto escrito por Szuchmacher. Se trata de una adaptación del cuento Rey y Rey de Linda Haan y Stern Nijland (5). Podríamos decir que la obra se llevó a escena con la intención de que los niños y niñas aceptaran la homosexualidad como un hecho normal y alejase todo rastro de violencia y burla hacia las diferencias. El famoso cuento de Haan y Nijland trata sobre una reina que está cansada de gobernar y decide casar a su hijo para que herede el trono. Numerosas princesas acuden al palacio para ser presentadas ante el muchacho que no se ve atraído por ninguna de ellas.
Finalmente, una joven princesa llega a palacio con su hermano y el heredero se enamora a primera vista de éste. Con quien contrae matrimonio. Lo interesante de este libro álbum es que si bien en el relato la historia tiene un final feliz, observamos en muchos de los nobles presentes, rostros tristes o contrariados al no ver un matrimonio entre un hombre y una mujer como esperaban. Con lo cual la obra deja abierto el intercambio de diferentes puntos de vista. En la obra de Szuchmacher, no hay princesas lindas o feas, no es lo importante. Cada una trae historias que las contextualizan. El entusiasmo de la reina hacía el matrimonio no es acompañado por los sentimientos de su hijo. Pero la reina no obliga, espera a que éste haga una buena elección. Suma pasos de comedia, como aquellos momentos en la soberana consulta a otras, por sus hijas. O los avances del preparativo del pastel de la boda, que todavía parece lejana. La aparición de la princesa Celeste y su hermano el príncipe Azul. Reavivan el deseo de continuar la búsqueda. Nuestro príncipe queda impactado por Azul y el enamoramiento es mutuo. Aquí se da un cambio a la historia original, la princesa Celeste, Margarita en el cuento, en realidad no desea casarse, solo cumple con la orden de su madre. Por lo tanto, que el príncipe se fije en su hermano resulta de gran alivio. Este aspecto no lo conocemos en el relato de Haan, pero lo podemos vislumbrar en la ilustración siendo la joven una de las pocas alegres. El conflicto mayor de la obra no es el enamoramiento entre dos hombres, sino la imposibilidad de descendencia. Situación que la princesa Celeste resuelve con facilidad, les propone que adopten y es la reina quien acepta de buen agrado dicho consejo. A la historia real, se suma un romance paralelo, no mencionado en el cuento. El del mayordomo y una doncella. A quienes descubriremos en una historia secundaria, romántica e inocente.
Hemos hablado sobre la intensión de abordar temas perturbadores en la obra de Szuchmacher y cabe resaltar que a diferencia de muchos textos que se preocupan por el mensaje didáctico de las obra, esto no ocurre en la autora. No existen marcas que bajen líneas sobre lo que está bien o mal. Podríamos afirmar que eso no fue lo que la motivo a escribir. Nos presenta historias naturales, de alta significación estética. Cuida el mundo de los niños y les presenta hechos y situaciones cotidianas. Resguarda el amor, como aspecto fundamental. No abre juicio de valor sobre quienes piensan diferente. Sabe que la sociedad es integrada por todos, por lo tanto no desea caer con su escritura en las mismas diferencias que marcan quienes no piensan igual. La importancia que tiene la obra teatral de Perla Szuchmacher en la actualidad; aun no es reconocida por el público argentino, como se debiera. Existe un enorme desconocimiento que pensamos subsanar en escritos futuros.

1 Ley 26.150

2 Dramaturgo, director y actor argentino
3 Dramaturga, directora y actriz argentina
4 Titiritero.

5 Escritoras e ilustradoras de los Países Bajos

Aquí tenés el enlace para ingresar al libro completo.

Deja un comentario